sábado, 26 de julio de 2008

Alfonso Podlech Michaud: un criminal en el Banquillo (Punto Final)

Alfonso Podlech Michaud: Un criminal en el banquillo
El 26 de julio, Alfonso Podlech abordó un avión en el aeródromo Maquehue de Temuco que lo llevó hasta Santiago y más tarde a Madrid. En el aeropuerto de Barajas esperó el vuelo que lo llevaría a su destino: la ciudad de Praga, donde proyectaba pasar sus vacaciones. Pero una orden de captura europea le arruinó el paseo. Tras gozar por más de 30 años de absoluta impunidad en Chile, Podlech arriesga hoy pasar el resto de su vida en una cárcel italiana.
Por Pedro CAYUQUEO I Domingo 24 de Agosto de 2008
Alfonso Podlech Michaud, ex fiscal.Foto de Agencias. Relacionado Satisfacción mapuche por captura de represor <http://www.nodo50.org/azkintuwe/agos05_4.htm> "NO SOY RESPONSABLE de la desaparición de Omar Venturelli: en aquel período no desempeñaba el rol de juez militar". Esta fue la escueta declaración del ex fiscal militar Alfonso Podlech Michaud (73 años) durante su interrogatorio en el Palacio de Justicia de Roma, el pasado 14 de agosto. Podlech había sido trasladado el día anterior desde Madrid a Italia, luego de ser arrestado el pasado 26 de julio en el aeropuerto de Madrid, por el que estaba transitando para tomar un vuelo hacia Praga. Sobre él pendía un mandato de captura europeo dictado por el fiscal adjunto Giancarlo Capaldo, encargado de la investigación sobre el Plan Cóndor que busca esclarecer la desaparición de ciudadanos italianos en América Latina en la época de las dictaduras militares de los años '70 y '80. Podlech se presentó en el aula de justicia escoltado por cinco agentes de la policía penitenciaria. El interrogatorio de garantía se celebró ante el juez de investigaciones preliminares Sante Spinaci y el propio fiscal adjunto Capaldo, quien desestimó su alegato de inocencia. Tras el interrogatorio, Podlech fue llevado de vuelta a la cárcel romana de Rebibbia. Allí permanecerá recluido mientras el proceso judicial siga su curso. Por las cámaras de televisión que registraron su ingreso al penal se lo veía demacrado. Razones tiene de sobra. Tras gozar por más de 30 años de absoluta impunidad en Chile, Podlech arriesga pasar el resto de su vida en una cárcel romana. Es lo que espera el fiscal Cataldo, quien tras el interrogatorio señaló no creer en absoluto la declaración de inocencia del ex fiscal militar del régimen. "El señor Podlech se a declarado inocente aduciendo que no era fiscal militar en el momento del arresto, de la tortura y de la muerte de Omar Venturelli. Como fiscalía tenemos pruebas que demuestran lo contrario", subrayó el fiscal a la prensa. No es el único que tiene esa certeza. Omar Venturelli Leonelli (31 años, padre de una hija), era miembro del Movimiento Cristiano por el Socialismo y hasta septiembre de 1973 trabajaba como profesor en la Universidad Católica de Temuco, a 670 kilómetros al sur de Santiago. Con fecha 25 de septiembre se presentó de manera voluntaria ante las autoridades del Regimiento Tucapel, tras enterarse que era buscado por los militares.
Manos con sangreDurante la dictadura pinochetista, cuatro ciudadanos ítalo-chilenos fueron víctimas del desaparecimiento forzado. Ellos son Juan Bosco Maino Canales, Omar Roberto Venturelli Leonelli, Juan Montiglio Murúa y Jaime Patricio Donato Avendaño. Los dos últimos figuran en el informe de las Fuerzas Armadas como lanzados al mar, frente a las costas de San Antonio. El proceso que tiene tras las rejas al ex fiscal Podlech data de 1998, año en que el senador del Partido Verde, Stefano Boco, solicitó a la Fiscalía italiana abrir una investigación para esclarecer la desaparición de sus conciudadanos en Chile, ello en el marco de la Operación Condor. Omar Venturelli Leonelli (31 años, padre de una hija), era miembro del Movimiento Cristiano por el Socialismo y hasta septiembre de 1973 trabajaba como profesor en la Universidad Católica de Temuco, a 670 kilómetros al sur de Santiago. Con fecha 25 de septiembre se presentó de manera voluntaria ante las autoridades del Regimiento Tucapel, tras enterarse que era buscado por los militares. Al día siguiente fue trasladado a la cárcel de la capital regional. El 4 de octubre de 1973, el padre de Venturelli fue informado que su hijo había sido puesto en libertad el día anterior. Igual información se le dio en la Fiscalía Militar, donde incluso le exhibieron una supuesta "orden" al respecto. Nunca más se volvió a saber de su paradero. En julio de 2006, Fresia Cea Villalobos, esposa de Venturelli, presentó en Chile una querella contra el fallecido dictador Pinochet y el ex fiscal militar Alfonso Podlech, en ambos casos por su responsabilidad criminal en la desaparición. Si bien el ex fiscal jamás fue procesado por la justicia chilena, Cea no tiene dudas de que sus manos están manchadas de sangre. "Tenemos muchas pruebas que demuestran que efectivamente el señor Podlech participó activamente, desde el mismo 11 de septiembre de 1973, en todas las acciones de represión en Temuco. Nosotros tenemos documentos en que el señor Podlech informa, en los primeros días tras el golpe de Estado, en una reunión del Colegio de Abogados, que él ha sido nombrado fiscal y eso está firmado por el presidente del Colegio de Temuco", señaló desde Italia en declaraciones a Radio Cooperativa. Relató que se enteró por un profesor que había sido liberado que su marido "estaba muy mal, muy maltratado". Cea aseguró que el cáncer que le es tratado actualmente se ve en parte mitigado tras la detención del ex fiscal. "Porque está la esperanza de que Italia, que ha sido siempre mi segunda patria, pueda darnos un poco de tranquilidad haciendo justicia por el caso de Omar y los otros desaparecidos italianos", subrayó. Su voz no es la única. En diversas declaraciones de víctimas de torturas éstas mencionan a Podlech como el encargado de dirigir los duros interrogatorios en el Regimiento Tucapel y de someter a las víctimas a fusilamientos simulados. Bien lo sabe Víctor Maturana, ex preso político, por entonces militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y actual coordinador del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CINPRODH) de la IX Región. Tras ser requerido por los militares, Maturana se presentó el 13 de septiembre de 1973 ante la Fiscalía ubicada al interior del Regimiento Tucapel. Allí fue testigo directo del actuar de Podlech. "Yo me presenté ante el asesor jurídico de la Fiscalía, el abogado Alfonso Podlech. En aquellos días, en términos estrictos, no era el fiscal titular, pero actuaba como tal, vestía uniforme militar, con pistola al cinto, Podlech hacia y deshacía, dictaba órdenes de detención, hacia procesamientos, nos enviaba a los presos políticos al Servicio de Inteligencia Militar para las torturas, era quien pedía las condenas, él era quien gobernaba y hacia ostentación de ello, podría decir que hasta la disfrutaba", relata Maturana. "Podlech tenía un poder ilimitado, con un accionar que contravenía absolutamente las normas del debido proceso. Él no puede alegar hoy desconocimiento de lo que sucedía, porque la Fiscalía y el Servicio de Inteligencia estaban absolutamente coordinados. Muchas veces había personal de la Fiscalía tomando nota en las sesiones de tortura, con ella redactaban declaraciones que nos hacían firmar más tarde. Esto grafica el campo de maniobra y el poder casi ilimitado que este señor tenía en Temuco", enfatiza.Maturana, para quién Podlech pidió la pena de muerte por supuesta "traición a la patria", compartió encierro con Omar Venturelli y fue una de las últimas personas que lo vio con vida. "Recuerdo que la última semana de septiembre del 73' llegó Omar a la cárcel de Temuco. Yo a él lo conocía de antes, por actividades políticas conjuntas, incluso deportivas. Los presos políticos teníamos un espacio aparte de la población penal. Compartió unos días con nosotros, conversábamos de muchas cosas, principalmente de lo que sucedía, eran días muy difíciles. Un día, de comienzos de octubre, lo llaman. Se asoma un gendarme al recinto donde estábamos y dice 'que Omar Venturelli salga porque una patrulla militar lo tiene que llevar a la Fiscalía. Nos despedimos, porque cuando nos sacaban teníamos la tendencia a desearnos suerte, a darnos la mano, porque uno no sabia muchas veces si volvía o no. Lamentablemente Omar fue uno de aquellos que no volvió nunca más. Salió rumbo a la Fiscalía Militar y no regresó jamás con nosotros, es un detenido desaparecido hasta hoy. En ese caso concreto, si Omar fue a la Fiscalía, hay una responsabilidad directa de Adolfo Podlech en su desaparición, pues Podlech decidía a quién había que ir a buscar a la cárcel, cómo y cuándo", señala.
El 26 de julio, Podlech abordó un avión en el aeródromo Maquehue de Temuco que lo llevó hasta Santiago y más tarde rumbo a Madrid, España. En el aeropuerto de Barajas, en compañía de su cónyuge, Mónica Pinto Cáceres y dos nietas, esperó el vuelo que lo llevaría a su destino: la ciudad de Praga, en la República Checa, donde proyectaba pasar sus vacaciones.
El testimonio de Maturana es clave en el proceso judicial abierto por la justicia italiana contra Podlech. Ya el año 2000 fue citado a declarar por el fiscal adjunto Giancarlo Capaldo. "Entregue todos estos antecedentes al fiscal en Buenos Aires, ciudad donde me citó. Al parecer mi testimonio resultó bastante esclarecedor del actuar de Podlech", apunta Maturana, quien no descarta viajar hasta Roma para declarar en el juicio contra su antiguo carcelero.Otra persona que conoció a Podlech fue Víctor Gavilán, ex preso político, militante del Movimiento Campesino Revolucionario (MCR), actualmente radicado en Calgary, Canadá. "Fui condenado a 20 años de prisión en un Consejo de Guerra en marzo de 1974 en la ciudad de Temuco y cuyo fiscal era Alfonso Podlech, quien desde la simple categoría de abogado local, de la noche a la mañana, se trasformó en el fiscal militar más sangriento y represor en la provincial de Cautín, de los partidos de la izquierda chilena, del pueblo mapuche y de los cristianos comprometidos con el proceso de cambios de aquella época", relata. Gavilán, a diferencia de Maturana, logró conocer a Podlech incluso antes de que este vistiera el uniforme militar. Y el cambio, rememora, lo dejó estupefacto. "Le conocí por el año 1969 en su oficina de asuntos legales, no tenía más de 38 años de edad y yo 24 años. Yo desarrollé mi práctica como asistente social en la Penitenciaria de Temuco, y precisamente logré trabajar por seis meses con Podlech, quien firmaba mis informes sociales para obtener la libertad de muchos mapuches y pueblo pobre detenidos por abigeato, robo de gallinas y productos de hortaliza. Esta práctica no duró más de 6 meses y no volví a ver a Podlech hasta diciembre de 1973. Resulta que yo fui detenido en Arauco y desde allí trasladado a Temuco, donde fui recibido por el jefe del Servicio de Inteligencia Militar y para mi sorpresa también por Adolfo Podlech, ahora fiscal. Recuerdo que sorprendido con mi militancia política, me advirtió que lo pasaría muy mal. Claramente ya no era el mismo que había conocido años atrás; se había trasformado en un chacal a tiempo completo", subraya Gavilán.Jurisdicción universalEl 26 de julio, Alfonso Podlech abordó un avión en el aeródromo Maquehue de Temuco que lo llevó hasta Santiago, donde tras pasar el chequeo de Policía Internacional de Investigaciones se embarcó rumbo a Madrid, España. En el aeropuerto de Barajas, en compañía de su cónyuge, Mónica Pinto Cáceres y dos nietas, esperó el vuelo que lo llevaría a su destino: la ciudad de Praga, en la República Checa, donde proyectaba pasar sus vacaciones. Había logrado pasar los chequeos correspondientes, pero ya en el avión dos agentes españoles de INTERPOL lo arrestaron al pesar en su contra una orden de captura europea. No es el único que podría correr la misma suerte en Europa. El fiscal Capaldo, al menos en el caso Venturelli, ha determinado que estarían involucrados además de Podlech el coronel (r) Marcelo Moren Brito y los civiles Máximo Vivanco, Pablo Márquez, Pedro Calderón y Nelson Ubilla. Sobre todos ellos pesan también órdenes de captura a nivel europeo. Y la lista se extiende en otros casos. "Son más de 30 los chilenos respecto de los que existe orden internacional de captura por procesos abiertos en su contra en países que ejercen "Jurisdicción Universal", la que pretenden materializar llevando a los inculpados a responder ante sus propios tribunales por delitos contra los derechos humanos", señala Leonardo Aravena, profesor de Derecho de la Universidad Central y coordinador Justicia Internacional y CPI Amnistía Internacional-Chile. "Hoy se estima que los Estados tienen el deber de juzgar o de extraditar a Estados dispuestos a hacerlo, a los sospechosos de genocidio, crímenes de lesa humanidad cometidos en conflictos de carácter no internacional, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas o tortura. En el caso Podlech la justicia italiana actúa, al solicitar orden de captura, basada en postulados de la "Jurisdicción Universal", entendida aquélla como manifestación extraterritorial de la jurisdicción de los Estados, no descrita ni establecida en forma expresa, no obstante haber sido aplicada por diversos países, que obliga a las jurisdicciones nacionales a actuar respecto de hechos gravísimos cometidos por personas naturales, contra los derechos fundamentales de los seres humanos, considerados tanto individualmente como en forma grupal", explica.
Estos avances en la justicia internacional no son aceptados por la familia del ex fiscal militar. Alfonso Podlech hijo, quien se desempeña como juez de policía local en Pucón, ha encabezado una verdadera campaña para desacreditar el proceso judicial. Pone el acento en la supuesta "ilegalidad" de su detención y, principalmente, "en su avanzada edad y delicado estado de salud".
"Las personas que aparecen como violadores de los derechos humanos no pueden visitar países democráticos porque se exponen a ser detenidos: son delitos de persecución universal", subraya el abogado Jaime Madariaga, quien ha patrocinado a numerosas víctimas de torturas en La Araucanía. Una de las particularidades del sistema judicial italiano es que el juicio puede realizarse además "por derecho de sangre", lo que implica el inicio de procesos en ausencia, por delitos cometidos en cualquier parte del mundo contra ciudadanos de la península. De hecho, el ex director de la DINA, Manuel Contreras y el ex agente Raúl Iturriaga Neumann fueron procesados y sentenciados a 20 y 18 años de presidio, respectivamente, por el atentado contra Bernardo Leighton y su esposa Anita Fresno, perpetrado en Roma en octubre de 1975. Estos avances en la justicia internacional no son aceptados por la familia del ex fiscal militar. Alfonso Podlech hijo, quien se desempeña como juez de policía local en Pucón, ha encabezado una verdadera campaña para desacreditar el proceso judicial. Pone el acento en la supuesta "ilegalidad" de su detención y, principalmente, "en su avanzada edad y delicado estado de salud", estrategia que llevó años atrás al gobierno chileno a solicitar, por razones humanitarias, el regreso de Pinochet desde su reclusión en Londres. Podlech hijo no oculta su deseo de que el gobierno intervenga. Luis Valentín Ferrada, abogado de la familia, ya presentó un recurso de amparo diplomático para solicitar que La Moneda preste toda la ayuda necesaria al ex fiscal y realice gestiones para regresarlo a Chile, recurso que el propio Alejandro Foxley, ministro de Relaciones Exteriores, aseguró que se estaba "estudiando". Ferrada, ex diputado de Renovación Nacional y defensor de militares procesados por el Caso Riggs, señaló que además del amparo diplomático ante Cancillería, sería presentado otro ante el Colegio de Abogados. "Este recurso opera cuando los ciudadanos se encuentran en un conflicto ilegítimo o injusto fuera de su país, concediendo la protección jurídica para garantizar, con la actividad del Estado, el cumplimiento estricto del derecho humano del debido proceso", explicó a la prensa. "En el caso anterior en que se ocupó esta obligación, que fue el caso de la detención en Londres del general Pinochet, el Estado chileno contrató los abogados y el Estado de Chile se hizo parte del proceso. Yo quiero lo mismo para todos los chilenos", afirmó sin inmutarse. La estrategia de la familia del ex fiscal y la posible intervención del gobierno chileno preocupa a los organismos de derechos humanos. Por ello marcharon en Temuco el pasado 10 de agosto, para entregar en la Intendencia Regional una carta dirigida a la Presidenta Michelle Bachelet. Las organizaciones, entre las que destacó el Comité de Ética Contra la Tortura, la Agrupación de Ex Presos Políticos y el CINPRODH, entre otros, exigió al gobierno no interceder en el proceso. Sostuvieron que si Chile no fue capaz de juzgar a Alfonso Podlech, permitan a los tribunales internacionales hacer justicia. "La detención del ex fiscal militar, que ejerció su función al margen de las normas del debido proceso y guiado por el arbitrio más increíble, no debiera ser sino que sólo el primer paso para su posterior procesamiento y condena definitiva, por su inocultable responsabilidad criminal en el caso de Omar Venturelli y en muchos otros crímenes contra la humanidad registrados en la Araucanía", subrayó el CINPRODH. Pero las presiones al Ejecutivo son fuertes y directas. Parlamentarios de la derecha pinochetista ya han advertido que no se quedaran de brazos cruzados. "Es una flagrante violación a la soberanía jurisdiccional de los tribunales chilenos aceptar que don Alfonso Podlech sea juzgado por tribunales extranjeros, específicamente de Italia", señalaron a través de un comunicado los senadores Alberto Espina, José García Ruminot y el diputado, René Manuel García, todos de Renovación Nacional. A juicio de los congresistas, "el Gobierno tiene la obligación de hacer todas las gestiones para que don Alfonso Podlech regrese a nuestro país". Los congresista estiman que los tribunales chilenos han demostrado "independencia". Afirman que los mismos hechos han sido investigados por tribunales de Santiago y Temuco, "sin que ninguno de ellos, a pesar del tiempo transcurrido, haya dictado resoluciones que imputen delitos específicos a don Alfonso Podlech". Para el ex preso político Víctor Maturana, esta solidaridad de la derecha con el ex fiscal militar no sería casual ni gratuita. "Hay una actuación de Podlech que es bastante desconocida. El mismo día del golpe de estado, Podlech, vestido de militar y armado, se presenta a primera hora en la cárcel de Temuco y le ordena a un oficial de apellido García que deje de inmediato en libertad a todos los integrantes de Patria y Libertad que estaban presos, la mayoría por acciones de sabotaje contra el gobierno de Allende. Patria y Libertad, sabemos, era el grupo paramilitar de la derecha chilena, de allí que no nos extrañe hoy la solidaridad que manifiestan con este oscuro personaje", finaliza / AZ * Reportaje publicado originalmente en revista Punto Final Nº 669. www.azkintuwe.org <http://www.azkintuwe.org/>